Fabula del Rey y sus 9 hijos.

En el libro «La aptitud mental realista, la solución a tus problemas», hablo de la importancia de pasar a la acción (capítulo 3), por otra parte en el capítulo 12 y último del libro hablo  de la importancia de empezar tu camino.

Para entenderlo mejor voy a contar una pequeña historia:

En el año 350 d.c., había un rey que gobernaba un amplio territorio compuesto por 60 provincias con sus respectivas capitales, la provincia más rica a excepción de la de la capital del reino era la más alejada, situada al norte. Tenia 9 hijos, cada uno con una característica que les diferenciaba de los demás, sin embargo a todos les gustaba hablar y discutir salvo a uno de ellos que era mudo de nacimiento, este hijo se dedicaba a trabajar y siempre estaba haciendo cosas nuevas, pensando en como mejorar la situación de su pueblo.

Cuando el rey tenia una edad muy avanzada comenzó a plantearse si nombrar un heredero o repartir sus tierras en nueve partes iguales. Viendo las constantes disputas entre algunos hermanos por querer ser el heredero del reino, la primera opción la descartó rápidamente.

Después de muchas noches pensando que hacer y tras decidir repartir el reino entre sus 9 hijos de tal manera que cada uno gobernase una parte de su reino, le surgió una nueva duda, ¿Como podía hacer el reparto para que fuese justo?, algunos de sus hijos eran ambiciosos, otros codiciosos, otros envidiosos, otros luchadores, otros trabajadores etc.

Estuvo reflexionando, y no consideraba justo que todos tuviesen la misma extensión de tierra que otros, en primer lugar por que había territorios más ricos en recursos que otros, en segundo lugar por que no todos estarían dispuestos a dirigirlas con justicia.,  y algunos no sabrían aumentar la riqueza de ese territorio.

Pasaron 15 lunas pensando en la solución, hasta que un día tomó una decisión, reunió a todos los hijos por la noche y les dijo:

«Hijos estoy ya muy mayor y pronto tendré que partir a otra vida, antes de que esto ocurra he tomado una decisión sobre el reparto de mi reino. Mañana cuando salga el sol cada uno de vosotros saldréis en un caballo en la dirección que decidáis, tenéis total libertad en ir hacia a las provincias del reino que queráis, en la plaza de cada capital de provincia esta expuesto el pendón que la representa, tenéis que cogerlo, seguir vuestro camino hacia otra ciudad y realizar la misma acción. Dentro de 45 lunas antes de la puesta de sol debéis de estar aquí en la plaza de la capital del reino donde vivimos, y cada uno de vosotros se os entregará en  posesión aquellas provincia cuyos pendones de su capital hayáis traído, y al que más numero de pendones traiga le daré también el pendón de esta ciudad, la capital del reino. Esta es mi decisión.»

Se despidió de sus hijos y se fue a dormir.

Los hijos se fueron a descansar y a pensar en lo que iban ha hacer al día siguiente.

A la mañana siguiente antes de la salida del sol estaban todos montados sobre sus caballos en la plaza, se miraban unos a otros con desconfianza, algunos con gestos amenazantes.

Cuando comenzó a amanecer todos emprendieron su camino rápidamente, nada más salir de la capital 8 de los hermanos se pusieron a hablar y discutir, todos querían ir rápidamente en la dirección de la provincia más rica situada al norte, a excepción del hijo que era mudo que en lugar de discutir y hablar, decidió cabalgar en dirección a las provincias limítrofes sabiendo que no eran las más ricas.

Al anochecer  los ocho hermanos que estaban hablando y discutiendo aun no habían pasado de la primera provincia, uno de ellos decidió ponerse a descansar, otros seguían peleando entre ellos, cuando se ocultó el sol y estando estos agotados decidieron ir a dormir, y el último,  el hijo mudo ya había conseguido el pendón de 2 provincias.

Al día siguiente al amanecer, se produjo la misma escena, los ochos hermanos se enzarzaron en disputas y peleas, no avanzaban nada se pasaban el día luchando entre ellos con sus armas, mientras que el hijo mudo seguía su camino en solitario consiguiendo pendones de capitales de provincias. Así todos los días hasta que pasados 25 lunas los ocho hermanos habían recorrido apenas la mitad de camino hacia la provincia más rica y sin embargo el hijo mudo había llegado  a la provincia más rica y había cogido el pendón, ya tenía 35 pendones en su haber, y los otros hermanos ninguno.

Todos siguieron igual los primeros luchando y discutiendo, y el que iba solo de vuelta hacia la capital del reino siguiendo su camino.

Cuando habían pasado 35 lunas los ocho hermanos vieron  como pasaba el hermano mudo con todos los pendones que había conseguido tenia ya 50 y entonces se dieron cuenta de la torpeza que estaban haciendo, dejaron de discutir y sabiendo que el pendón de la provincia más rica ya no lo podían conseguir, comenzaron a cabalgar en dirección a las provincias limítrofes, algunos consiguieron algún pendón, otros se encontraron que ya había pasado el hermano mudo, y se había llevado el pendón, y así a las 45 lunas llegaron a la plaza de la capital del reino donde les estaba esperando el Rey.

Cuando llegaron el Rey inició el recuento de los pendones, tres hijos habían conseguido un pendón cada uno, cinco no habían llevado ninguno y el hijo mudo tenía 56 pendones.

El rey orgulloso le entregó el pendón de la capital del reino con lo que habia conseguido 57 provincias.

A los pocos meses el Rey murió y cada hijo gobernó las provincias que había conseguido.

Moraleja: Pasa a la acción, inicia tu camino, menos hablar, menos discutir, menos lamentarse y más actuar. No importa en que dirección comiences tu camino lo importante es que empieces y no te entretengas hasta alcanzar tu objetivo.

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